Country roads take me home.
El sabado sentí la llamada del otoño. La tarde estaba gris , fria,desapacible, vamos que no invitaba a darse un paseo por el campo.Pero como a mi me llamaba no me quedó más remedio que ir.Y encaminé mis ruedas hacia la vieja casa de campo familiar donde pasamos los veranos desde siempre.Ya por el camino, el espectáculo que ofrecía la ribera del rio, y después la montaña ,merecía por si solo el viaje.
Los campos todavía verdes, con su alfombra de hojas amarillas y pardas estaban envueltos en la suave neblina que subía del rio. Los chopos más altos conservaban algunas hojas en las ultimas ramas.
Al llegar a mi vieja casa todo era paz y sosiego.El pueblo a su alrededor se encontraba silencioso; alguna chimenea dejaba salir una fina columna de humo.Abrí la verja; el candado estaba algo oxidado,entré en el jardin.
La gran alfombra de hojas era toda para mi;la pisé , la revolví, la levanté con los pies y con las manos.El suelo mullido, la tierra húmeda , el aire limpio y frio; no necesito nada más para pasar una tarde de sábado maravillosa.
Quería contároslo.
5 comentarios
jules -
Geyperman -
Un beso muy grande!!!
Cordelia -
geyperman -
De vez en cuando, me dan ramalazos de morriña y viene a mí la imagen de la paz que se respira en Asturias o en el Valle de la Reina, o cualquier sitio del norte... los trópicos son un asco.
jules -